Ignacio Camacho
No creo ser dudoso en mi poco cariño hacia los periodistas en general, creo que han sufrido en mis posts diversos ataques más o menos furibundos y tampoco es ABC (adalid del monarquinismo) una de mis fuentes preferidas.
Pero hay excepciones que dignifican la profesión y una de ellas es Ignacio Camacho, desde sus artículos en ABC no tiene ningún problema en llamar a las cosas por su nombre y en cantar las verdades del barquero. Os dejo unas muestras de sus últimos artículos para que valoreis vosotros mismos.
Este Tony Blair junto al que se retrata con arrobo el presidente Míster Sonrisa, ¿no era el mismo que se hizo la foto de las Azores con Bush y Aznar? ¿No era el odioso izquierdista arrepentido que ejercía de lacayo del Imperio en sus mentiras sobre las armas de destrucción masiva? ¿No era el jocoso comensal que en las sobremesas de Moncloa se burlaba con el Hombre del Bigote de las masivas manifestaciones de rechazo a la guerra de Irak? ¿No era éste, en fin, el tipo al que el primer ministro de Defensa de este Gobierno, José Bono, trató delicadamente con un calificativo muy apropiado? ¿Cómo fue aquello que dijo Bono? Ah sí, ya recuerdo: «Este Blair es un poco gilipollas...» Pues he aquí al gilipollas en cuestión, el amigo de Aznar, el mamporrero de Bush, convertido en mentor y consejero del «proceso de paz». Misterios de la política: ¿cómo puede dar consejos sobre
HAY una autonomía en el País Vasco que gestiona nueve de cada diez euros del Estado en esa comunidad. Hay un Parlamento vasco elegido de manera democrática por los ciudadanos, del que incluso forma parte un partido-chalupa fletado bajo bandera de conveniencia por Batasuna. Hay un Tribunal de Justicia vasco, un Defensor del Pueblo vasco, una Hacienda Foral vasca, una enseñanza vasca, unas televisiones públicas vascas, una Policía vasca. Hay un concierto económico que exime al País Vasco de contribuir a la cohesión financiera española. Hay, en suma, un poder vasco con competencias próximas a las de un Estado federal. Pero todo ese enorme aparato político no tiene, por lo visto, legitimidad para discutir sobre el conflicto -léase terrorismo- vasco. Hace falta una Mesa. Una mesa sin respaldo electo en la que los partidos -los legales y la ilegal Batasuna- se arroguen la potestad de decidir el marco político según el guión de ETA. Una mesa sin legitimidad democrática a la que los Gobiernos legítimos del País Vasco y de España van a conceder la potestad de tomar las decisiones políticas del «proceso de paz». Al margen de las instituciones que, sin embargo, están dispuestas a someterse a su criterio.
ANDA por ahí un dirigente de la cosa islámica empeñado en que se supriman las fiestas de moros y cristianos, y no es descartable que en medio de la vigente epidemia de apaciguamiento y corrección política acabe saliéndose de algún modo con la suya, en cuanto encuentre un alcaldillo progre con mala conciencia dispuesto a darle la razón y someter ese popular festejo a algún complaciente revisionismo histórico.
El «ansia infinita de paz» del zapaterismo desemboca en un pavor infinito al compromiso que supone el ejercicio del poder. El Gobierno cede ante los terroristas, cede ante los presos en huelga de hambre, cede ante los okupas catalanes, cede ante cualquier violento que le plantee un desafío incómodo para su vacuo discurso indoloro. Pero al ceder el Gobierno cede el Estado, cede la democracia y cede una ciudadanía desprotegida e inerme.
3 Comments:
En la CAV los únicos que parecemos no tener derecho a nada somos los que no tenemos inclinaciones nacionalistas. Somos culpables hasta de respirar...
Un Gobierno que no gobierna es como un trabajador que no trabaja: no cumple con su misión.
Y eso me da pena, con independencia de colores políticos. ¿Haremos alguna vez algo?
Un abrazo un tanto desencantado, Hermano ;-)))).
ayss yo he leido, peor de politica no opino q se me ve el plumero, jajajaja
besitos salados de CHOI
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